Cripta Libertador General Bernardo O’Higgins Riquelme

En el corazón de Santiago de Chile, frente a la imponente fachada del Palacio de La Moneda y dentro del marco de la Plaza de la Ciudadanía, se encuentra un espacio que encierra un profundo valor histórico y simbólico para la nación: la Cripta del Libertador General Bernardo O’Higgins Riquelme. Este sitio no solo preserva los restos del prócer que lideró la independencia chilena, sino que también se erige como un monumento a la memoria patriótica y a los valores fundacionales de Chile.

Orígenes y traslado de los restos

Bernardo O’Higgins, reconocido como uno de los padres de la patria, falleció el 24 de octubre de 1842 en Lima, Perú, tras años de exilio voluntario. Su vida estuvo marcada por la lucha por la independencia de Chile y por la consolidación de un proyecto republicano que buscaba establecer un Estado moderno y soberano. Inicialmente, los restos del Libertador permanecieron en Perú, pero en 1869 fueron repatriados y depositados en el Cementerio General de Santiago, en un acto que simbolizaba el reconocimiento de su contribución a la nación.

A finales del siglo XX, la importancia simbólica y patrimonial de O’Higgins motivó la creación de un espacio más solemne y digno para sus restos. Así, en 1979, fueron trasladados a una cripta subterránea ubicada bajo el Altar de la Patria, un sitio emblemático dentro de la Plaza de la Ciudadanía, diseñado para honrar a los próceres de la independencia. La cripta fue objeto de remodelaciones posteriores y finalmente reinaugurada el 10 de marzo de 2006, consolidando su condición de lugar de memoria y homenaje nacional.

Arquitectura y diseño

La cripta se caracteriza por un monumento funerario central de mármol de Carrara, obra del escultor italiano Rinaldo Rinaldi, bajo encargo de Pedro Demetrio O’Higgins, hijo del Libertador. Este monumento, de líneas sobrias y elegantes, alberga los restos de O’Higgins y está acompañado por una inscripción que recuerda su trayectoria y legado: «Aquí yacen el Excelentísimo Señor Don Bernardo O’Higgins, Director Supremo y Capitán General de la República … Murió … el 24 de octubre de 1842».

El diseño de la cripta busca transmitir solemnidad y respeto, combinando la sobriedad arquitectónica con elementos simbólicos que evocan los valores republicanos y patrióticos que defendió O’Higgins. Las esculturas que la acompañan representan figuras alegóricas: un hombre joven, que simboliza el ejército naciente de la independencia, y una mujer, que evoca la república, las leyes y la ilustración. Estos elementos refuerzan la idea de que la cripta no es solo un lugar de reposo, sino un espacio de enseñanza y memoria histórica.

Significado histórico y cultural

La cripta cumple una función fundamental en la preservación de la memoria histórica de Chile. Más allá de albergar los restos de O’Higgins, el espacio incluye tumbas de soldados desconocidos de la Guerra del Pacífico, recordando a quienes sacrificaron su vida por la patria. Este gesto amplía el valor del lugar, vinculando la figura del Libertador con la tradición de servicio y sacrificio de todos los que defendieron a Chile a lo largo de su historia.

Además, la cripta se ha convertido en un sitio educativo y turístico. Mediante recorridos guiados y recursos digitales, los visitantes pueden conocer la vida de Bernardo O’Higgins, su papel en la independencia y los contextos históricos que marcaron su liderazgo. La existencia de una visita virtual permite incluso recorrer la cripta desde cualquier lugar del mundo, acercando la historia chilena a un público global y promoviendo el conocimiento de la identidad nacional.

Visita y experiencias

Ubicada en la Plaza de la Ciudadanía, la cripta es de acceso gratuito y está abierta de martes a sábado, en horarios que permiten tanto la visita educativa como el momento de reflexión y homenaje. El espacio, gestionado por la Comandancia General del Ejército, combina el valor patrimonial con la solemnidad de un lugar de respeto, manteniendo un equilibrio entre la memoria histórica y la experiencia turística.

Los visitantes pueden apreciar no solo el monumento central y las esculturas alegóricas, sino también una serie de elementos museográficos que contextualizan la independencia chilena y el papel de O’Higgins. Cada detalle de la cripta —desde el mármol hasta la iluminación— ha sido pensado para generar un ambiente de recogimiento y reflexión, reforzando la conexión con la historia de Chile.

La Cripta Libertador General Bernardo O’Higgins Riquelme no es solo un lugar de reposo para los restos de uno de los principales artífices de la independencia chilena, sino un símbolo de identidad nacional, memoria histórica y homenaje a quienes han contribuido al país. Su arquitectura, su contenido museográfico y su valor simbólico la convierten en un espacio imprescindible para comprender la historia de Chile y para fortalecer la conciencia ciudadana sobre los valores patrióticos que dieron origen a la nación. Para quienes visitan Santiago, la cripta representa una oportunidad única de conectar con el pasado, reflexionar sobre la construcción de la república y rendir homenaje a uno de sus principales protagonistas: el Libertador Bernardo O’Higgins Riquelme.